ESCUCHAR ANTES DE HABLAR
La escucha es una de las habilidades más importantes
para la buena comunicación entre los seres humanos.
"Saber escuchar" no es lo mismo que oír. Es
un arte que no lo alcanza cualquiera ni se logra sin esfuerzo.
Saber escuchar es escuchar empapados de silencio y de
sosiego interno.
Oír y escuchar son dos actitudes totalmente distintas.
Oír no es prestar atención profunda e internamente a
la comunicación, sino simplemente captar una sucesión de sonidos, de meras
palabras.
Saber escuchar es estar disponible en el momento de la
audición, estar dispuesto a que la persona comunicante se sienta acogida y
respetada.
Por consiguiente, el desarrollo de esta habilidad en
el preescolar es relevante.
Los cuentos y su contenido de fantasía son las mejores
herramientas, pues permiten captar la atención, estimular la curiosidad,
realizar preguntas, crear significados y
encontrar respuestas con situaciones ajenas.
Las palabras constituyen menos del 10% de nuestra comunicación. El
resto lo hacen el Lenguaje corporal, y el tono y la afectividad que ponemos en
nuestra voz. Aprender a escuchar, no solo con los oídos sino con los ojos y el
corazón es la habilidad comunicativa
para desarrollar con los pequeños.
Este proceso se inicia con un taller de
sensibilización y expresión titulado “Movimientos del alma” , posteriormente se
continua con la historia de los siete hábitos de los niños felices: El conejo
Saltarín y la red atrapa mariposas; en la cual se resalta como el conejo
Saltarín aprende a escuchar, a través de “Primero comprender, después ser
comprendido hasta lograr escuchar antes de hablar y se finaliza con un taller de creación literaria llamado: Historias en el Bosque de los siete Robles.
En esta dinámica realmente se están construyendo procesos de:
1. Prelectura: etapa que permite generar interés
por el texto que se va a leer. Es un momento para revisar conocimientos previos y la oportunidad para
motivar y generar curiosidad.
2. Lectura: Corresponde al acto de leer
propiamente dicho, tanto en los aspectos mecánicos como de comprensión. El nivel de comprensión que se alcance
dependerá en gran medida de la importancia que se dé a las destrezas de esta
etapa.
3. Poslectura: La fase de poslectura se presta
para el trabajo en grupo, para que los estudiantes confronten sus propias
interpretaciones con las de sus compañeros y construyan el significado de los
textos leídos desde múltiples perspectivas. Las propuestas para esta etapa son
variadas y creativas para favorecer la disposición de los niños a la
creatividad.